Bolivia denuncia violencia desatada por seguidores de Evo Morales en intento de derrocar gobierno.

Las tensiones políticas y sociales en Bolivia se intensifican ante la violencia generada por seguidores de Evo Morales.
La violencia desatada por seguidores de Evo Morales en Bolivia ha llevado al gobierno a denunciar ante la comunidad internacional un intento por derrocar al gobierno democráticamente elegido e impedir las elecciones programadas.
Bolivia denuncia ante la comunidad internacional la violencia desatada por seguidores de Evo Morales en Llallagua, Potosí, como parte de un intento por derrocar al gobierno democráticamente elegido e impedir las elecciones programadas para el 17 de agosto. Los hechos ocurridos el martes 10 de junio resultaron en un enfrentamiento violento entre comunarios que buscaban desbloquear las vías y los bloqueadores afines a Morales, quienes respondieron con armas de fuego, dinamitas y piedras, dejando al menos treinta personas heridas, quince de las cuales fueron trasladadas al hospital de Llallagua por la gravedad de sus lesiones.
Los seguidores de Morales, conocidos como evistas, están presionando para que se permita la candidatura del expresidente, a pesar de no contar con un respaldo partidista formal y de enfrentar obstáculos constitucionales para su postulación. Esta situación ha generado tensiones y protestas en todo el país, con el objetivo de forzar la dimisión del actual presidente, Arce, y allanar el camino para que la sucesión recaiga en Andrónico Rodríguez, actual presidente del Senado, con la intención de posponer las elecciones y facilitar la candidatura de Morales.
En un comunicado oficial, el gobierno boliviano ha condenado estos actos de violencia, calificándolos como actos vandálicos que atentan contra los principios democráticos y los derechos fundamentales de la población. Se destaca la firme voluntad del gobierno de garantizar la seguridad de la ciudadanía, preservar la vida de los ciudadanos y asegurar un proceso electoral transparente, justo y democrático. Estas acciones, según el comunicado, van más allá de la protesta social y buscan generar caos, inestabilidad y derramamiento de sangre en el país.
Ante esta situación, la comunidad internacional observa con preocupación los eventos en Bolivia y se espera que se tomen medidas para restaurar la paz y la estabilidad en la nación. Mientras tanto, las autoridades bolivianas continúan monitoreando de cerca la situación en Llallagua y en otras zonas del país donde se han reportado conflictos similares, con el objetivo de garantizar la integridad de sus ciudadanos y el respeto por las normas democráticas.
Es fundamental que la comunidad internacional tome medidas para restaurar la paz y la estabilidad en Bolivia, garantizando la integridad de sus ciudadanos y el respeto por las normas democráticas.